A 50 años de la elección que llevó a la Presidencia de la República a Eduardo Frei Montalva, dedicamos nuestro objeto del mes a ese histórico momento, destacando sus apuntes para el discurso, fotografías y artículos personales en torno a ese 4 de septiembre de 1964.
Después de una extensa campaña presidencial iniciada en junio de 1963, Eduardo Frei Montalva resultó electo Presidente de la República el 4 de septiembre de 1964 con un histórico 56,09% de los votos. La campaña fue una carrera de largo aliento, en la que la Frei Montalva participó activamente en diferentes congresos coordinados por organizaciones sociales, culturales, políticas y sindicales, que dieron cuenta del amplio respaldo con el que el candidato demócrata cristiano contaba.
En su campaña Frei Montalva invitó a los chilenos a participar de una “Revolución en Libertad”, que conllevaba una modernización del país (1) a través de una Reforma Agraria, la inclusión de los ciudadanos en el mejoramiento de su calidad de vida por medio de la llamada Promoción Popular, la Chilenización del Cobre, junto a una gran Reforma Educacional, en la que niños y jóvenes recibieran un nivel adecuado de conocimientos de acuerdo a la necesidad de una nación moderna, apuntando también a bajar el nivel de analfabetismo de la población adulta y campesina. A estos cuatro ejes esenciales, se sumaron grandes obras de infraestructura, como la construcción de un ferrocarril metropolitano de transporte subterráneo, aeropuertos a nivel nacional para mejorar la conectividad territorial, la creación de un Ministerio de la Vivienda y una política exterior de carácter integracionista con los países vecinos, en el contexto de la Guerra Fría.
En los resultados obtenidos fue clave la participación de mujeres y jóvenes, quedando en evidencia en el gran acto de campaña denominado “Marcha de la Patria Joven” . Se estima que fueron cerca de 300.000 mil jóvenes provenientes de todo Chile, los que se reunieron en el Parque Cousiño, actual Parque O´Higgins de Santiago el 21 de junio de 1964. Los miles de adherentes llegaron a la capital en cuatro grandes columnas provenientes del norte y sur de Chile: “Roto chileno”, “Cruz del Sur”, “Guerrillero Manuel Rodríguez” y “Cóndor de los Andes y Pacífico”.
El número asignado a Frei Montalva en la cédula de votación, en tanto, fue el “2”, por lo que en varias ocasiones él mismo -con los dedos de su mano- formaba ese número, cuya forma simbolizaba también la “V” de victoria, transformándose en un emblema de triunfo.
El buscado triunfo llegó con 1.409.012 votos, el 56,09% del total, mientras que sus otros dos competidores, lograron un 38,93% (Salvador Allende) y 4,99% (Julio Durán) (2). Incluso uno de sus colaboradores más estrechos, Radomiro Tomic, “en el entusiasmo del momento, proclamó que se iniciaban treinta años de gobiernos democratacristianos en Chile” (3).
En la noche de ese 4 de septiembre, Eduardo Frei Montalva se dirigió al edificio “Finanpro” (4) ubicado en Alameda Bernardo O´Higgins, frente a la plaza Vicuña Mackenna, junto a su familia y colaboradores. En ese lugar pronunció un breve discurso, cuyo bosquejo se puede ver durante el mes de septiembre en la vitrina del objeto del mes de Casa Museo EFM. En esa ocasión expresó: “El pueblo ha dicho su palabra. Recibo con humildad y fortaleza su mandato. Hoy ha terminado la faena electoral y de nuevo el país debe seguir su marcha. Como lo afirmé reiteradamente en la campaña seré presidente de todos los chilenos, sin excepción, y mi único objetivo será servir el bien común de toda la nación. Expreso mi más honda y emocionada gratitud a todas las mujeres y hombres de Chile, que me han distinguido con el supremo honor de otorgarme su confianza. Gratitud a los partidos políticos que me han apoyado en forma generosa, desinteresada y patriótica”.
En adelante Frei Montalva expresa su agradecimiento de modo preciso a todos quienes colaboraron en su triunfo y especialmente a las mujeres, quienes influyeron fuertemente con su voto en su elección. Consciente también del rol histórico que ocupa para la Democracia Cristiana, a partir de ese momento, dedica unas líneas a repasar la historia de su partido, consagrado luego de la elección como un actor gravitante de la escena política nacional: “No podría dejar de decir una palabra a mis compañeros de la Democracia Cristiana: durante 30 años nos ha unido una misma fe, una misma esperanza y una estrecha fraternidad. Hemos conocido derrotas y ahora conocemos la victoria. Sepamos mantener en alto nuestro exigente nivel moral, el espíritu, los principios y la suprema aspiración de servir a Chile y a los trabajadores, porque ésta ha sido la razón de nuestra existencia y la razón de nuestro triunfo.”
Su discurso finaliza con un compromiso: “Realizar el programa que he propuesto al pueblo y llevar adelante, dentro de la libertad, los fundamentales cambios que este país exige para conquistar el desarrollo económico, la educación y la técnica, la justicia y la solidaridad social, para construir las escuelas, para levantar las viviendas y dar trabajo estable a todos los chilenos… El pueblo me ha elegido. Y aquí, en su presencia, imploro a Dios que me proteja para cumplir con éxito la misión que se me ha encomendado”.
El discurso fue reproducido de modo integro en la edición del periódico “El Mercurio” del día 5 de septiembre de 1964. Además, en la vitrina del primer piso de Casa Museo EFM, durante septiembre de 2014 exhibiremos también una fotografía del candidato votando en la urna el día de la elección y su Carnet de Identidad, los cuales forman parte actualmente de nuestro Archivo Fotográfico e Histórico, disponibles a investigadores y académicos.
Notas:
(1) Gazmuri. pág 561
(2) Gazmuri. pág 570.
(3) Gazmuri. pág 570.
(4) Diario El Mercurio. 5 de septiembre 1964.
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