En julio se cumplen 50 años de la promulgación de una de las leyes más reconocidas del gobierno de Eduardo Frei Montalva, la Ley N° 16.540 de Reforma Agraria. Con este hito, se dio un fuerte impulso al proceso de transformación que se vivió en el campo chileno en la segunda mitad del siglo XX, que acabó con el antiguo sistema de inquilinaje que persistía desde el período colonial y modificó la tenencia y producción de la tierra en nuestro país.
Si bien la Reforma Agraria consistió en una redistribución de la propiedad de la tierra y un replanteamiento de la forma en la que ésta debía explotarse, el gobierno concebía que para que la reforma fuera efectiva y se sostuviera en el tiempo, era fundamental que se conjugara con la educación de los campesinos que les diera herramientas para el progreso personal y familiar, dejando atrás la condición de marginalidad social en la que se encontraban.
Considerando lo anterior, junto con la creación de las instituciones necesarias para llevar a cabo la Reforma Agraria se crearon las instancias y se proyectaron las estrategias que permitieron la alfabetización de los campesinos adultos y el ingreso de sus hijos a la educación formal que además pasaba por una reforma al igual que el campo.
Si bien la Ley de Instrucción Primaria Obligatoria fue promulgada en nuestro país a principios del siglo XX pretendiendo consagrar la educación en los niveles iniciales y permitiendo el surgimiento de las primeras escuelas primarias de adultos, a 1960 las tasas de escolaridad seguían siendo bajas en los primeros años de enseñanza y el analfabetismo era un problema muy presente en la sociedad chilena. (1)
En las zonas rurales de nuestro país, la falta de escolaridad y el analfabetismo afectaban a un gran porcentaje a la población, siendo más notorio aún en el caso de los adultos. La distancia de los centros urbanos, donde se encontraban principalmente las escuelas, la escasa disponibilidad de establecimientos escolares rurales y factores como la arraigada costumbre de que los hijos debían ayudar a sus padres en las labores del campo, en el caso de los varones, y colaborar con las madres en las labores domésticas y el cuidado de sus hermanos en el caso de las mujeres, ponían en desventaja a la población rural a la hora de asistir y persistir en la educación.
De esta forma, en 1960 nos encontramos con la cruda realidad de que de los 730.038 analfabetos registrados por el Censo de ese año en nuestro país, 443.457 de ellos corresponden a población rural mayor de 15 años. Es decir, casi el 61% de la población analfabeta de Chile de esa época se concentraba en el campo. (2)
Más aún, de los casi dos millones de personas mayores de cinco años que vivían en zonas rurales, poco más de un millón y medio de ellos no asistía a instituciones de enseñanza regular. (3)
Considerando estos y otros antecedentes, para Eduardo Frei Montalva se hace imprescindible que además del acceso a la propiedad y a un capital para trabajarla, el mejoramiento de las viviendas y la disponibilidad de servicios como la electricidad, se lleve adelante una transformación que permita mejorar la situación social del mundo rural en materia de instrucción. Es por ello que pone en marcha una reforma educacional, pero además incluye como elemento fundamental de la Reforma Agraria un programa de alfabetización campesina.
“Romper las cadenas del pasado en este aspecto, demostraría que en nuestra democracia, no sólo existe la libertad de elegir gobernantes, sino la oportunidad real para los sectores de bajos ingresos, de participar en las tareas de Gobierno, y el acceso libre e indiscriminado, de todos los talentos a las ventajas de la educación, al trabajo especializado y a la asociación libre y dinámica.” (4)
“La educación fundamental es uno de los pilares de la política agraria de mi Gobierno. La provisión de escuelas elementales, accesibles para todos los niños del campesinado, es un complemento ya establecido en los cortos meses que median desde la instauración de mi Gobierno.
Se está dando, asimismo, impulso al desarrollo de una educación vocacional y especializada, para que la juventud del campo vaya siendo capacitada y los líderes naturales y los talentos campesino se puedan volcar hacia el desarrollo del agro y la co-gestión de los cambios sociales y que, en el caso de emigrar a la ciudad, encuentren oportunidades efectivas de trabajos productivos y bien remunerados.” (5)
Así explicó Eduardo Frei Montalva, en su primer mensaje presidencial del 21 de mayo ante el Congreso, las razones que justifican que las transformaciones económicas en el campo fueran complementadas con políticas educacionales.
Para concretar las aspiraciones en esta materia se crearon en el contexto de la Reforma Educacional los Centros Comunitarios de Educación de Adultos, cuyo objetivo era entregar a los mayores de 18 años los conocimientos fundamentales de la enseñanza formal y que en 1967 ya sumaban 1.798 centros con un alcance de 86.724 alumnos, principalmente de zonas rurales. (6) Estos centros, junto a otras instancias más pequeñas de escolarización en los asentamientos de Reforma Agraria permitieron que, sólo durante los años 1967 y 1968, se alfabetizara a 6.996 campesinos adultos y que 3.372 de ellos iniciaran un nivel más avanzado de instrucción. (7)
Estos centros de educación enfocados en los adultos estuvieron estrechamente ligados a la influencia pedagógica Paulo Freire, quien por aquellos años residía en Chile y colaboró con el proceso de reforma agraria en el diseño de las estrategias de alfabetización para los campesinos que se materializó en una serie de impresos ampliamente utilizados en los centros antes mencionados. Sobre esta colaboración se puede encontrar más información en el artículo Gráfica y publicaciones durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva publicado en sitio web de Casa Museo Eduardo Frei Montalva en julio de 2012. (8)
En relación a la enseñanza de adultos, se sumó la construcción de 1.357 escuelas y liceos rurales sólo en el período 1964-1967, para dar acceso a la educación a los niños y jóvenes del campo chileno, que sumado a lo anterior dio como resultado una significativa disminución en las tasas de analfabetismo que tanto preocupaban al gobierno en los inicios de su gestión. (9)
Así, según los datos proporcionados por el Censo de 1970, el analfabetismo en zonas rurales afectaba a 355.870 habitantes, casi un 20% menos de campesinos que contarían con un mínimo de herramientas para desenvolverse en la sociedad. (10)
Sin embargo, el grueso del trabajo de capacitación campesina a corto plazo se realizó dentro de la Reforma Agraria misma, para lo cual la Corporación de la Reforma Agraria (CORA) estableció una serie de convenios con varias entidades a través de las cuales se concretó el programa de capacitación técnica con el que entregaron, además de lo necesario para aprender a leer y escribir, aquellos conocimientos propios de la producción agrícola, el manejo de la tierra, la administración del capital y las utilidades. (11)
“Este programa aplica una nueva concepción de la extensión agrícola, entregando contenidos de manejo empresarial y técnicas agropecuarias fundamentales en terreno durante el desarrollo del calendario agrícola. Las jornadas técnicas de terreno son realizadas por profesionales, técnicos y prácticos agrícolas.
El trabajo en los asentamientos es complementado por cursos en centrales de capacitación distribuidas a lo largo del país.” (12)
El Instituto de Capacitación e Investigación en Reforma Agraria (ICIRA) tuvo dentro de sus funciones la capacitación del personal para la reforma, la realización de investigaciones técnicas y sociológicas para el programa y la entrega de asistencia técnica, entre otras. Su alianza con la CORA benefició a 1.640 dirigentes campesinos y 1.947 funcionarios de la Corporación hasta 1969, proyectando además que al final del gobierno de Frei Montalva en 1970, más de once mil campesinos dejaran la condición de analfabetos y otros 2.800 se capacitaran para conformar cooperativas agrícolas.
Por otro lado, el Instituto Nacional de Capacitación (INACAP) fue creado por la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO) y el Servicio de Cooperación Técnica (SERCOTEC) en 1966 como el organismo encargado de la educación técnica en Chile. En su trabajo junto a la CORA, preparó a 105 instructores de la Corporación para labores en terreno y cerca de 5.000 campesinos en los asentamientos constituidos hasta 1969, esperando capacitar a 4.500 campesinos más en 1970.
Sumado a lo anterior, el trabajo desarrollado por la CORA y el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) benefició a 1.800 campesinos asentados con cursos sobre rotación de cultivos, fruticultura y riego, además de otras materias fundamentales para la producción agrícola.
La CORA además realizó cursos de forma independiente, llegando a insertar poco más de mil campesinos en educación básica hasta 1966, que se sumaron a los más de quince mil que se alfabetizaron e incorporaron a la enseñanza básica gracias a un convenio entre la Corporación y el Ministerio de Educación hasta 1969. (13)
Como resultado de los diferentes programas y convenios de alfabetización se beneficiaron alrededor de 35.000 campesinos al terminar el mandato presidencial de Frei Montalva. Cifra significativa, considerando que a inicios del gobierno la población rural analfabeta se estimaba en cerca de 450.000 de personas. Es decir que en sólo un par de años casi el 8% de los campesinos que no sabían leer, escribir, ni manejaban operaciones matemáticas básicas, aprendieron estos conocimientos mínimos para desenvolverse de mejor manera en la sociedad.
En cuanto a la capacitación técnica impartida, ésta tuvo un alcance de alrededor de 5.000 campesinos que, si consideramos las cifras que señalan que los trabajadores agrícolas sumaban cerca de 20.000, nos enfrentamos a una cobertura del 25%.
Finalmente, hemos de considerar que existieron otras, a veces pequeñas, pero no menos significativas instancias que contribuyeron a la alfabetización y capacitación técnica de los campesinos chilenos durante el período 1964-1970, quienes con o sin financiamiento estatal aportaron a mejorar las condiciones de vida de un porcentaje importante de la población del país. Por otro lado, no podemos dejar de mencionar a la Iglesia Católica, que también se hizo parte de las transformaciones de la época redistribuyendo parte de sus propiedades agrícolas de forma voluntaria y que a través del Instituto de Educación Rural (IER), fundado en 1954 por el sacerdote Rafael Larraín, entregó formación a unos 3.000 campesinos al año para el período mencionado. (14)
Es así como una suma de esfuerzos, tanto públicos como privados, permitieron mejorar en pocos años las condiciones sociales de miles de campesinos y sus familias, y muchos de estos cambios perduraron hasta la actualidad.
“Podríamos haber desplazado fondos hacia otros sectores más brillantes en cuanto a efecto político inmediato; pero es nuestra convicción profunda que esta inversión, que no figura en el índica del Producto, es a la larga la base fundamental de todo desarrollo.
[…]
Hacer justicia con los que vivían postergados ha significado nuevas formas en las relaciones entre chilenos y un nuevo lazo de ellos con la sociedad en que viven. Abrirles las puertas a la dignidad humana a cientos de miles de nuestros conciudadanos que antes vivían marginados es un camino abierto hacia adelante que, si es recorrido con generosidad de espíritu y sin odios, puede hacer de este país un nuevo milagro americano.” (15)
Notas
(1) Morales Aguilera, Francisco. Educación de adultos en Chile. En Paulo Freire. Revista de Pedagogía Crítica. Año 10, Número 10. Diciembre 2011.
(2) Dirección de Estadísticas y Censos. Características básicas de la población (Censo 1960). Santiago, 1964.
(3) Ibídem.
(4) Frei Montalva, Eduardo. Mensaje Presidencial del 21 de mayo de 1965.
(5) Ibídem.
(6) Frei Montalva, Eduardo. Mensaje Presidencial. 1968.
(7) Corporación de la Reforma Agraria (CORA). Cuatro años de Reforma Agraria. Santiago de Chile, 1968. P. 44.
(8) Casa Museo Eduardo Frei Montalva. Gráfica y publicaciones en el gobierno de Eduardo Frei Montalva
https://www.casamuseoeduardofrei.cl/objeto-del-mes-grafica-estetica-y-publicaciones-durante-el-gobierno-de-eduardo-frei-m/
(9) Frei Montalva, Eduardo. Mensaje Presidencial. 1968.
(10) Instituto Nacional de Estadísticas. XIV Censo de población y III de vivienda. 1970.
(11) ICIRA. Óp. cit.
(12) CORA. Óp. cit. P. 46.
(13) CORA, Reforma Agraria chilena. 1965-1970. Santiago, 1970. Pp. 56-57.
(14) ICIRA. Óp. cit.
(15) Frei Montalva, Eduardo. Mensaje Presidencial. 1970.
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