Hace 10 años se celebraron los tijerales del espacio cultural ubicado en Hindenburg 683, la única Casa Museo de un ex Presidente chileno, y por eso en octubre nos volcamos hacia los orígenes de esta particular iniciativa.
Convertir una casa familiar en un espacio abierto para la comunidad, con un guion, una historia y un proyecto educativo, no es tarea fácil. Transformar el inmueble de Hindenburg 683, Providencia, en la actual Casa Museo Eduardo Frei Montalva requirió el esfuerzo de profesionales, técnicos y obreros, quienes trabajaron durante meses. Una labor que se celebró en octubre de 2007, con la tradicional fiesta de los tijerales.
Pero partamos desde el principio. A mediados de la década de los noventa surgen las primeras intenciones de convertir la casa de la familia Frei Ruiz-Tagle en un museo. La iniciativa nace de los hijos de Eduardo Frei Montalva, con el consentimiento de su viuda la señora María Ruiz-Tagle, quien por ese entonces tenía poco más de 80 años y hacía muy poco había dejado su casa de calle Hindenburg para vivir con una de sus hijas, según el relato de algunos miembros de la familia.
Sin embargo, no será hasta que se cumpla un año del fallecimiento de la señora Maruja -como era conocida en su familia la Sra. María Ruiz-Tagle-, en abril del 2002, cuando una propuesta concreta se materializa gracias a las consultoras Consuelo Valdés y Carmen Vergara, junto a su equipo. Será a partir de este momento que la idea de abrir la casa de Hindenburg como un museo tomará forma, pero faltarán algunos pasos previos, como lograr que el inmueble fuera declarado Monumento Nacional, entre otros.
La casa es declarada Monumento Nacional
“Declárese Monumento Nacional en la categoría de Monumento Histórico la casa del ex Presidente de la República don Eduardo Frei Montalva, ubicada en calle Hindenburg N° 683, comuna de Providencia, provincia de Santiago, Región Metropolitana.”(1)
Con la firma del Decreto N° 586 del Ministerio de Educación, y nueve meses después de presentada la solicitud al Consejo de Monumentos Nacionales, en mayo de 2005 el que fuera el hogar de la familia Frei Ruiz-Tagle por cuatro décadas obtuvo protección legal como patrimonio de todos los chilenos.
Dentro de las razones que sustentan esta declaratoria se encuentra el hecho de haber sido mandada a construir por un ex Presidente chileno, además de haber sido en su única residencia hasta su muerte en 1982, incluso durante su mandato presidencial. Esto último significó que en este espacio el mandatario recibiera a importantes figuras nacionales y extranjeras. Se suma a esta declaratoria además su valor arquitectónico, prototípico de la arquitectura de los años 40’s, el cual además es posible observar en la mayoría de las construcciones del barrio.
Pero fue, quizás, el excelente estado de conservación del inmueble y la intención de convertirlo en un museo, lo más destacable de la solicitud y así lo considera el documento al que nos hemos referido…
“[…] la casa se encuentra intacta, tal como la dejó el ex Presidente tras su muerte en 1982. Tanto el inmueble como los bienes muebles que la guarnecen han sido mantenidos por la familia Frei Ruiz-Tagle en su lugar original. Se conservan el mobiliario, objetos decorativos, sus dos escritorios, que incluyen su biblioteca personal, fotografías autografiadas, como la de Gabriela Mistral y un retrato al óleo pintado por el pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín […] (2)
La preparación de la casa
Todo el año 2005 fue muy significativo para la historia de este proyecto, pues mientras se esperaba el resultado de la solicitud hecha al Consejo Nacional de Monumentos, se trabajaba en una fase crucial: el levantamiento de la información que daría el sustento al proyecto. De este modo, se realizó la revisión bibliográfica sobre la época en la que vivió y gobernó Eduardo Frei Montalva; las entrevistas a familiares, amigos y camaradas políticos; el inventario y documentación de la colección del futuro museo; el registro fotográfico del inmueble antes de las obras de acondicionamiento y la ubicación original del mobiliario, objetos decorativos, pinturas, entre otros.
Es entonces como a fines de 2006, comienza la ejecución del proyecto Casa Museo Eduardo Frei Montalva, con las obras en el interior y exterior del inmueble, siguiendo los lineamientos establecidos por el Premio Nacional de Arquitectura (2014), Teodoro Fernández. Las obras fueron proyectadas para restaurar, conservar y acondicionar, alterando lo menos posible la infraestructura original de la construcción, recuperando los espacios, hasta acercarse lo más posible al período 1960-1980.
En el proceso se demolieron el garaje, la lavandería y la cocina, construyendo en su lugar la recepción, baños, oficinas de administración y otros servicios para el funcionamiento del futuro espacio cultural. También se trabajó en la restauración, limpieza y pintura de las murallas interiores y exteriores, además de puertas y ventanas. Climatización, electricidad e iluminación museográfica fueron otros factores que se agregaron a la construcción.
En paralelo a la obra gruesa, se realizaron los trabajos de conservación y restauración de los objetos decorativos, mobiliario, obras de arte y textiles que serían exhibidos o guardados en el depósito. Del mismo modo, se prepararon los contenidos museográficos y del programa educativo que Casa Museo ofrecería a sus visitantes.
Otro elemento en el que se trabajó durante este proceso fue el diseño gráfico e industrial, factor clave cuando se quiere lograr un buen diseño de experiencia para los visitantes, sobre todo pensando que el proyecto establecía que:
“Como norma general, la intervención será mínima y discreta, lo necesario para permitirle al visitante conocer, a través de los objetos y testimonios exhibidos, el ambiente familiar del ex Presidente, su estilo de vida, su personalidad e hitos relevantes de su trayectoria pública. En otras palabras, se trata de que los recintos (o ambientes) y los objetos ‘hablen por sí mismos’.” (3)
El cierre de una etapa
A mediados del mes de octubre de 2007 la obra gruesa se encontraba en su fase final, quedando todo lo estructural listo para que los encargados de iluminación, climatización, pintura y papel tapiz comenzaran una nueva etapa de trabajos. Llegó entonces el momento de festejar que una parte importante del proceso, culminaba con éxito.
Ahora bien, no existe en nuestro país festejo más tradicional en el ámbito de la construcción que el de celebrar los tijerales, una fiesta cuyo origen es desconocido, pero que no puede faltar cuando la obra gruesa de cualquier casa o edificio está terminada.
La tradición popular dice que, si no se celebra “como Dios manda”, la mala suerte caerá tanto en la obra como en sus dueños, y ante tan poco auspicioso futuro hasta el más escéptico prefiere prevenir. Y aunque no creamos en supersticiones de ese tipo, terminar una etapa tan importante merece ser festejada.
Los gastos de la fiesta corren por el mandante de la obra, quien debe agasajar a quienes participaron en la ejecución de ella con abundante comida, generalmente un tradicional asado, el correspondiente bebestible y todo aquello que se considere necesario para hacer de este evento una ocasión memorable que, por supuesto, se realiza en la misma obra.
Fue así como un 19 de octubre de 2007, hace diez años, se celebraron en el jardín los tijerales del inmueble de Hindenburg 683, cerrando así una etapa del proyecto que dio vida a la única residencia de un ex Presidente chileno que abriría al público como Casa Museo EFM y que funciona de este modo hasta la actualidad, con recorridos guiados de martes a domingo, de 10:00 a 18:00 horas.
Algunas imágenes que muestran los cambios realizados en el proceso de transformación a del inmueble familiar a una Casa Museo:
Notas:
1. Ministerio de Educación. Gobierno de Chile. Decreto exento N° 586. Santiago de Chile. 13 de mayo de 2005.
2. Ibídem.
3. Valdés Chadwick, Consuelo y Vergara Larraín, Carmen. Anteproyecto Casa-Museo Eduardo Frei Montalva. Santiago, 2005. Documento de uso interno.
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