Destacado del mes | Una nueva educación para Chile

30 de septiembre de 2022

Reforma educacional y el CPEIP[1]

en su 55° aniversario

 

 

Presidente Eduardo Frei Montalva firma Reforma Educacional. Santiago, 10 de diciembre de 1965. Archivo Casa Museo Eduardo Frei Montalva.

 

“El desarrollo pleno de una nación está íntimamente ligado al nivel educativo y cultural de su pueblo.” [2]

Máximo Pacheco Gómez. Ministro de Educación Pública, 1970.

 

Desde la campaña presidencial de 1964, el programa de gobierno de Eduardo Frei Montalva consideraba a la educación como una de las grandes tareas esenciales para reformar Chile.

Junto con el desarrollo económico, la participación política, soberanía nacional, solidaridad  y la justicia social; también la educación era para el socialcristianismo de la época, una herramienta de transformación social que no solo entrega conocimientos a las personas, sino que también abre la posibilidad a mejores oportunidades laborales, dignifica al ser humano y es símbolo de igualdad e integración y el hecho de que fuera uno de los pilares de la “Revolución en Libertad”[3], da cuenta de la importancia que se le dio en este período.

 

“El país entero comprende que los ciudadanos se incorporan a la sociedad a través de la escuela; que no hay una democracia real si no se da a todos efectivas posibilidades de igualdad de participación en la sociedad; y que estas posibilidades están hoy fuertemente ligadas a un grado de preparación que les permita asimilarse y contribuir dinámicamente al desarrollo social, económico y cultural.” [4]

 

En un contexto en el que la situación de la educación en nuestro país se encontraba estancada y mostraba serias falencias, se puso en marcha una de las reformas más profundas y trascendentales del siglo XX en esta materia, con el objetivo de ir más allá de sólo reducir los niveles de analfabetismo en la población, pues se implementó una política educacional integral sostenida en tres tareas fundamentales: la expansión del servicio educacional, la diversificación del sistema escolar y el desarrollo y mejoramiento de la educación nacional.

De esta forma, debido a la gran cantidad de niños y niñas en edad escolar que no estaban insertos en el sistema, la falta de infraestructura para dar cobertura a la enseñanza primaria y secundaria, sumada a la necesidad de docentes para satisfacer la demanda de matrículas, una de las medidas más inmediatas fue la de expandir el servicio educacional.

Presidente Eduardo Frei Montalva ingresando al Internado Nacional Femenino, donde firmó el decreto de reforma a los planes de estudio para Enseñanza Media durante la ceremonia inaugural del Seminario Nacional de Rectores y Directores de establecimientos de ese nivel. 9 de enero de 1968. Archivo Casa Museo Eduardo Frei Montalva.

Apenas instaurado el nuevo gobierno y aprovechando el receso escolar de verano se procedió a la construcción de escuelas y salas de clases, la formación y capacitación de nuevos maestros, la compra de material escolar y la habilitación de cocinas, comedores y otras instalaciones, que permitieron iniciar el año escolar 1965, con una tasa de escolaridad primaria del 92%, más de 6.000 aulas nuevas y alrededor de 5.000 nuevos profesores. Además de otros servicios, como la entrega de 655.000 desayunos y 230.000 almuerzos diarios en el nivel primario, sólo durante ese año. [5]

A nivel de enseñanza media, las primeras medidas adoptadas permitieron la implementación de 511 nuevos cursos y la incorporación de más de 20.000 nuevos alumnos en educación diurna, junto a la capacitación de cerca 1.000 profesores. [6]

De igual forma, la educación de adultos concentró parte importante de los esfuerzos del gobierno, con la creación de 2.600 centros de educación básica, 36 nuevos liceos vespertinos y nocturnos, que permitieron el ingreso al sistema de 55.566 adultos en enseñanza básica y 17.180 en enseñanza media. [7]

En lo relativo a la diversificación del sistema escolar, las medidas apuntaron a mejorar los programas de estudios, a modernizar los contenidos y la metodología de enseñanza y a flexibilizar el modelo educativo de forma tal que los estudiantes pudieran recibir contenidos más acordes con la sociedad actual y que pudieran optar por una educación que los preparase también para la vida adulta.

Así, la nueva estructura implementada a partir de 1965 contemplaba un nivel de educación parvularia, de carácter opcional y cuya esencia no apuntaba a lo intelectual, sino al desarrollo integral de niños a la formación de la personalidad y su adaptación social.

Luego, el nivel básico de carácter obligatorio, de ocho años de duración en el que los alumnos, desde los 6 años, reciben educación general común para todos en diferentes asignaturas que les permite continuar con el desarrollo personal, los capacita para participar a futuro en la sociedad y los orienta respecto a la decisión de continuar sus estudios en el nivel siguiente o ingresar al mundo laboral.

Todo esto de la mano de nuevos programas de estudio que dividía la enseñanza básica en ciclos y asignaturas de acuerdo con las nuevas metodologías de la época, donde se excluyen aspectos como el enciclopedismo propio del sistema anterior, modificando incluso los mecanismos de evaluación.[8]

Presidente Eduardo Frei Montalva visita las instalaciones de la Escuela Industrial de Talcahuano. 1969. Archivo Casa Museo Eduardo Frei Montalva.

Una vez finalizado el ciclo básico, el sistema contempla un nivel medio de enseñanza no obligatorio y de cuatro años de duración. Este nuevo modelo contempló dos modalidades de nivel, el científico-humanista y el técnico-profesional. La primera de ellas se perfila como una continuación del ciclo básico y está orientado a quienes deseen continuar en estudios superiores, mientras la segunda modalidad contempla que los estudiantes continúen con el aprendizaje iniciado en el nivel anterior, pero al mismo tiempo obtengan capacitación para la inserción laboral apenas completen su educación media. La oferta de cursos en la modalidad técnico-profesional se agruparon en especialidades agrícolas, comerciales, industriales y de servicios, permitiendo que los egresados puedan desempeñarse como técnicos en ganadería, silvicultura, contabilidad, secretariado, mecánica, construcción, sastrería, hotelería, entre otros.[9]

Respecto del nivel superior, si bien la educación Universitaria en Chile no depende del Ministerio de Educación y por ende no puede ser dirigida por el gobierno dado su carácter de entidades autónomas, desde la implementación de estas reformas se convocó a las universidades a hacer eco de las transformaciones, dado que se consideran parte del sistema en el que los ciudadanos se forman para su vida adulta. Quizás en otra ocasión podamos dedicar un apartado especial sólo al proceso de cambios que vivieron estas instituciones durante este período.

Finalmente, en lo que respecta al desarrollo y mejoramiento de la educación, se tomaron las medidas que se consideraron necesarias para que este proceso fuera una reforma real, con medidas que impactaran en el corto, mediano y largo plazo. La formación del profesorado y su capacitación constante, el diseño e implementación de nuevos planes y programas de estudio, nuevo material didáctico y textos escolares, junto con una permanente supervisión, orientación y evaluación del sistema escolar fueron los puntos clave para dar a esta nueva política educacional la sostenibilidad en el tiempo que le permitió constituirse como una verdadera reforma.[10]

En este aspecto queremos destacar especialmente el surgimiento de una entidad de vital importancia para los maestros en Chile, creada en 1967 y que permanece hasta nuestros días, cumpliendo 55 años contribuyendo al desarrollo profesional docente, se trata del Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas-CPEIP.

Creado según lo dispuesto en la Ley N°16.617 del 27 de enero de 1967, sus funciones se pueden resumir en la capacitación y perfeccionamiento docente, la realización de investigaciones pedagógicas, la elaboración del currículum y programas de estudio y el diseño de los nuevos textos escolares que se distribuyeron en los inicios del nuevo sistema educacional implementado. En palabras de Mario Leyton, su primer director y uno de los involucrados en su creación, uno de los objetivos fundamentales de este centro estaba el “elevar a la pedagogía como una disciplina académica del más alto nivel científico y consolidar la formación y perfeccionamiento de los profesores como un proceso continuo y permanente.” [11]

De esta forma, sólo durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva (1964-1970), el CPEIP perfeccionó alrededor de 80.000 profesores en ejercicio y estuvo a cargo de la formación de otros 10.000 nuevos docentes; fue el organismo decisivo en el diseño de la nueva estructura del sistema educacional chileno y el responsable de la inclusión de la enseñanza a nivel parvulario. Además, tuvo un rol clave en el desarrollo de nuevas metodologías pedagógicas, la estructura y los planes y programas del sistema. Son la entidad detrás de la creación del Sistema de Medición de la Calidad de la Educación-SIMCE en 1968 y los estudios que propiciaron la creación de la Prueba de Aptitud Académica-PAA que democratizó el ingreso a la educación superior en Chile.

Cuando el gobierno demócrata cristiano llegaba a su fin en 1970, las evaluaciones respecto de lo realizado en materia educacional eran positivas y proyectaban altas expectativas para los años venideros. Muchas de ellas se materializaron, otras se vieron truncadas por las medidas efectuadas durante la dictadura militar en la década de los 80; pero sin duda alguna esta es una de las políticas públicas de mayor trascendencia implementada en el período pues parte sustancial de esta Reforma Educacional persiste hasta nuestros días.

 

                “Queda en claro que se ha hecho realidad la democratización de la enseñanza, al hacer posible, con medidas pedagógica y asistenciales, una efectiva igualdad de oportunidades en el ingreso, permanencia y ascenso dentro del sistema.” [12]

 


[1] Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas

[2] Ministerio de educación pública, Una nueva educación y una nueva cultura para el pueblo de Chile (Santiago de Chile, 1970), 5.

[3] “Revolución en libertad” es el nombre con el que se conoce el programa de gobierno de la Democracia Cristiana para el período 1964-1970.

[4] Ministerio de educación pública, op.cit., 8.

[5] Ministerio de educación pública, op.cit., 14-19.

[6] Ibid.

[7] Ibid.

[8] Ministerio de educación pública, op.cit., 19-22.

[9] Ibid.

[10] Ministerio de educación pública, op.cit., 29-33.

[11] “Apoyo al desarrollo profesional docente: reconstruyendo la historia del CPEIP. Conversación con Mario Leyton y Carlos Eugenio Beca”, Docencia, n°56 (2015): 15.

[12] Ministerio de educación pública, op.cit., 37.

 

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