Objeto del mes: Religiosidad y meditación, piezas de iconografía cristiana

2 de diciembre de 2013

En diciembre destacamos algunas piezas de iconografía cristiana reunidas por Eduardo Frei Montalva, reconocido intelectual católico. Estos objetos se encuentran en distintas habitaciones del inmueble en el que vivió junto a su familia.

La influencia religiosa del adolescente Frei Montalva estuvo fuertemente ligada a su madre, Victoria Montalva Martínez. A esto se sumó su paso como estudiante en el Colegio Seminario, al que ingresó en 1922, y que según el historiador Cristian Gazmuri, en esos años congregaba “la entraña misma del mundo conservador y católico” (1). Es justamente en este período como estudiante, y posteriormente en el Instituto de Humanidades, donde fue testigo de los profundos cambios en la relación entre el Estado y la Iglesia Católica, siendo la promulgación de la Constitución de 1925, en el gobierno de Arturo Alessandri, el punto de separación definitiva entre ambos poderes.

Es en este período de agitación intelectual donde forma su personalidad cristiana el joven Frei Montalva, la cual mantendría durante la universidad y toda su vida, como un católico de firmes convicciones.

En su vida adulta, y ya viviendo junto a su familia en su hogar de calle Hindenburg (que hoy funciona como Casa Museo), mantuvo en su perfil cotidiano sus actividades religiosas. Como vecino del barrio asistía los domingos a misa a la Parroquia de San Crescente, ubicada en la esquina de las calles Salvador y Santa Isabel, cuyas imágenes pueden ser vistas en nuestra exposición Todo una Barrio: Mirada Vecinal, o la iglesia de padres franciscanos belgas en calle Colo-Colo, actividades que durante su período como Presidente continuaría realizando en Viña del Mar, en la Parroquia de Cerro Castillo (2).

A lo largo de su vida, su personalidad intelectual y creencia religiosa lo convertirían en un hombre de una “fuerte religiosidad pero equilibrada”, comentando además en una entrevista que comulgaba con la cultura de “la civilización Cristiano-occidental”, pero especificaba su no adherencia a “ningún credo religioso” (3) .

En coherencia con sus palabras, a lo largo de los cuarenta años que vivió en su casa de Providencia reunió un conjunto de objetos representativos de la iconografía cristiana. Destaca por ejemplo, una pequeña pieza de orfebrería de esmaltado sobre metal, “La visita de los Reyes Magos”, diseñada por Núria Ribot, orfebre catalana quien estudió en la Escuela de Esmaltado de Barcelona. La obra corresponde a un episodio de la Epifanía y muestra el momento en el que los Reyes Magos hacen presente sus regalos a Jesús, según el relato del libro de Mateo. Se trata de una composición simétrica en la que la orfebre creó sutiles juegos de miradas y acciones, donde los Reyes visten elegantes atuendos. La pieza fue realizada con la técnica de closoinne, o alambre sobre metal, en el que el alambre separa las partes de los cuerpos, los cuales son rellenados después con colores aplicados por capas, y a través de transparencias van logrando profundidad. Este objeto de arte religioso se encuentra habitualmente en el dormitorio principal, donde puede ser apreciado por los visitantes de Casa Museo EFM.

Otro elemento a destacar es la figura de la Virgen con el Niño, que se encuentra en la biblioteca del primer piso conocida como la “Moneda Chica”. En ella, la madre de Jesús aparece con una corona, como era usual en sus representaciones góticas y holandesas, donde la consagran como reina en un trono celestial. En su mano derecha sostiene y presenta una esfera, mientras Jesús aparece acunado y desnudo, sosteniendo y exhibiendo un libro, símbolo que hace referencia a las profecías que se han de cumplir. Esta pieza, que combina en su naturalismo una composición humana y espiritual, fue adquirida en la década de los ’70 en Italia por Eduardo Frei Montalva, durante un viaje junto su hijo mayor Eduardo Frei Ruiz-Tagle.

Esta pieza de arte religioso se complementa con otra figura de la Virgen con el Niño, obsequiada al ex mandatario por el Papa Paulo VI en su paso gira Europea de 1965. Elaborada en estaño y bañada en plata, se mantiene actualmente en el primer piso de Casa Museo EFM.

También en el escritorio del primer piso de la casa, destaca “La Flagelación de Cristo”, un pequeño retablo de madera y marfil que recrea una escena habitual en la iconografía de la Pasión. La composición está organizada en torno a la figura central de Cristo, el cual aparece atado de manos y azotado por sus verdugos, mientras en la parte superior un grupo de ángeles lo observan. Este tipo de retablos de pequeño tamaño, fueron diseñados para permanecer en capillas privadas o lugares íntimos de residencias particulares, como lo es el espacio del escritorio en el que se encuentra actualmente.

En correspondencia con lo anterior se encuentra una pequeña figura policromada de otro momento de la Pasión, popularmente conocido como La Piedad. Si bien este relato no forma parte específica de los Evangelios -como si lo sería el descendimiento- en la Historia del Arte aparece hacia fines de la Edad Media, como una reflexión humana del momento en que María queda sola en su dolor junto a su hijo moribundo, sosteniéndolo en sus brazos una vez ya muerto. A partir de la clásica pieza de Miguel Ángel esta escena se convirtió en un modelo iconográfico del sufrimiento de la madre.

Casa Museo EFM también cuenta con un grupo de piezas de arte colonial latinoamericano, el cual nutre buena parte de sus creaciones a partir de las influencias barrocas del arte europeo en ese entonces. Así, en el mismo escritorio del primer piso se encuentra una pintura de estilo cuzqueño que muestra a una representación de “Nuestra señora de Belén”, variante que muestra una combinación iconográfica entre la Virgen y Monte, en el sincretismo e identificación que se logra entre la Virgen y la Madre Tierra o Pachamama andina. Otro ejemplo es una pintura que se ubica en el dormitorio principal y que muestra una escena del “Descendimiento de la Cruz”, con las características propias del estilo quiteño colonial, como la rigidez de las figuras y formas simplificadas. Este conjunto se completa con un “Cristo crucificado”, pieza tallada probablemente en el siglo XVIII.

Este conjunto de objetos religiosos, a los que se puede agregar piezas policromadas de San Antonio de Padua, San Francisco y San Gabriel, reúnen buena parte del imaginario cristiano y son creados para convocar a una experiencia introspección y meditación. Pero más allá del misticismo divino al que evocan, permiten acercarse a un aspecto más íntimo del ex Presidente, con una visión de fe cristiana militante que sería el germen de su preocupación por la justicia social, con la cual impregna toda su vida pública.

Fuentes:
Gazmuri. C. Eduardo Frei Montalva y su época. Aguilar. Santiago. 2000.
The Art Book. Zig-Zag. Barcelona. 1998

Web:
Identidad y mestizaje en el arte barroco andino. Francisco Javier Pizarro Gomez
http://ler.letras.up.pt/uploads/ficheiros/7511.pdf

Notas:

(1) Gazmuri. p. 49.

(2) Ibíd. p. 651

(3) Declaración de Principios del Partido Nacional. Mayo, 1966. Op. Cit en Gazmuri p. 653.

 

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