Objeto del mes | Vacaciones y vida al aire libre: El jardín de Casa Museo

2 de enero de 2018

Es en verano cuando solemos volcar especialmente la vista a la naturaleza y sus manifestaciones, con frutos aromáticos y flores coloridas que llaman nuestra atención y acaparan los sentidos. En el origen de lo que hoy es Casa Museo Eduardo Frei Montalva, la familia Frei Ruiz-Tagle planificó cuidadosamente uno de los espacios más importantes y entrañables para el ex Presidente: su jardín, cuya historia y curiosidades repasamos a continuación.

Comienzan las vacaciones de verano, época en la cual las clases toman un descanso y la vida al aire libre adquiere protagonismo. En Casa Museo Eduardo Frei Montalva tenemos un lugar ideal para compartir y disfrutar en familia, así como lo hacía la familia Frei Ruiz-Tagle en lo que fue su hogar en la calle de Hindenburg 683, luego de un recorrido por dentro de la Casa Museo.

Es el momento ideal para hablar del jardín de la casa, lugar favorito de Frei Montalva, quedando en evidencia su gran amor hacia la naturaleza y específicamente la preocupación que le dedicaba a este espacio. Escenario de sus pasatiempos, aquí leía, meditaba, se reunía con la familia y amigos, acompañado de grandes árboles y coloridas flores que destacan por su variedad de especies y tamaños.

Para conocer un poco más sobre la historia del lugar, Casa Museo cuenta con el jardín desde la construcción original -en 1937-, pero a lo largo de los años ha sufrido ciertas modificaciones. Originalmente era mucho más grande que el que se conserva actualmente y a mediados de los años 50 la familia decide hacer algunas ampliaciones, dejando parte del terreno para construir nuevas habitaciones; se reemplazan los columpios donde los niños jugaban para agregar lo que hasta hoy es el comedor de la casa.

En 1980, Frei le encargó el diseño actual del jardín a la Sra. Chichita Sainte de Donoso, esposa de su gran amigo y ministro, Andrés Donoso[1]. En esa oportunidad se plantaron camelias y un canelo, siendo este último trasladado al fondo del jardín a principios del siglo XXI, con motivo de la remodelación para Casa Museo. Ese mismo año se instaló la pileta, que el mismo Frei adquirió en un anticuario; dicho objeto permanece actualmente en su sitio original dentro del jardín.

El Pimiento, de imponente presencia, fue plantado originalmente en el antejardín hace tres décadas, por lo que Frei Montalva no alcanzó a conocerlo antes de fallecer. Con los años su crecimiento exigió que fuese trasplantado al patio trasero.

Por otro lado, podemos mencionar que el jardín tuvo varios jardineros en el período que Frei Montalva habitó su casa. En los años en que fue presidente (1964-1970), los encargados del jardín eran los mismos que mantenían las áreas verdes del Palacio de la Moneda. Un par de años más tarde, tras dejar Frei su mando, Don Federico Vera pasaría a ser el nuevo encargado. Hasta el año 2016 él aún era el responsable de los árboles y flores de Casa Museo. Tras 44 años, de él se pueden rescatar varias anécdotas que recuerda de su estadía en la casa del ex Presidente. Precisamente, Don Federico recuerda que Frei Montalva era muy preocupado por cada lugar de su hogar, sin dejar de lado el cuidado de su preciado jardín. Su afición por este lo llevaba también a desmalezar, podar y regar; eran actividades que lo producían relajo[2].

Recuerda también algunas historias sobre las diferentes especies que se conservan hasta el día de hoy en Casa Museo. Ejemplo de esto es el gran naranjo, obra de la señora Maruja, quien de una pepita de naranja que plantó en un envase de yogur, hizo nacer aquel árbol[3]; o el gomero, obsequio que recibió Frei cuando viajó a Brasil durante su mandato[4]. Este último se ubicaba dentro de la casa, su crecimiento descontrolado llegó hasta el techo y se tuvo que plantar en la entrada de la puerta principal. Hoy es unos de los árboles más altos del jardín.

Está además el hibisco de flores rojas, hijo del original, que fue replantado por Casa Museo, ya que cuando Frei Montalva falleció en 1982 la planta se secó. Cuenta Don Federico que Frei adoraba sus hibiscos y que cada vez que entraba a la casa, él le daba una palmadita a dicha planta[5]. Otra de las especies favoritas de Frei es la que se encuentra hacia el final de la casa, llamada Buganvilia, donde solía leer y meditar bajo su sombra.

Es así como, al igual que Frei Montalva cuidaba su jardín, Casa Museo mantiene este con dedicación, con el fin de recordar cómo el ex mandatario era un amante de la naturaleza. Con esta muestra paisajista se busca conservar parte del patrimonio cultural, en conjunto con la construcción característica de los años 60.

Aunque con el paso del tiempo ha sufrido pequeñas modificaciones, la esencia y tranquilidad que entrega el jardín es la misma que disfrutó Eduardo Frei Montalva. Es también parte de nuestra museografía en Casa Museo, por lo que cuando muere alguna especie se planta una del mismo tipo para conservar el jardín en su originalidad.

Al igual que los demás espacios, está a disposición para todo el público que visite Casa Museo, con el objetivo de que puedan disfrutar las diversas actividades que se realicen al aire libre, algo que se puede vivenciar particularmente en época de primavera y verano, en los talleres y actividades gratuitas que tenemos a disposición de nuestros visitantes.


Notas:

[1] Recopilado en documento interno “El Jardín de la Casa Museo”, de Casa Museo Eduardo Frei Montalva.
[2] Íbidem.
[3] Disponible en http://amosantiago.cl/el-jardinero-de-frei-montalva/
[4] Recopilado en documento interno “El Jardín de la Casa Museo”, de Casa Museo Eduardo Frei Montalva.
[5] Disponible en http://www.paula.cl/reportajes-y-entrevistas/50-anos-juntos/

 

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