Objeto de mes: El intelectual latinoamericano

30 de noviembre de 2012

La integración latinoamericana fue uno de los temas esenciales en el pensamiento de Eduardo Frei Montalva. Lo desarrolló a través de artículos, conferencias, libros, viajes, y con una destacada agenda latinoamericanista de relaciones diplomáticas a largo plazo.

El interés por la integración regional aparece en Frei Montalva hacia la década de 1940, en medio del contexto de la Segunda Guerra Mundial. En su libro “Aún es tiempo” (1942), augura la nueva configuración política social y económica que vendrá tras el cese del conflicto bélico: “Sudamérica que hasta ahora ha vivido en la tranquilidad de su aislamiento, tendrá que enfrentar ese mundo nuevo en el que ocupará una situación particularmente privilegiada y, por lo mismo, expuesta a los apetitos o a una distribución de su importancia en la que no podrá pesar si vive desarticulada en pequeños estados… Si América del Sur quiere conservar su libertad y autodeterminación y quiere tener una situación justa en la redistribución de la economía mundial, tendrá que presentar un frente común. Esta es la única fórmula para que la respeten en el porvenir”. (1)

En ese entonces vislumbra la forma en que el ordenamiento económico y político de la posguerra incorporará como actor decisivo a Latinoamérica, como el que Chile debía jugar un rol gravitante. Su extensa carrera como Senador durante más de una década es clave para entender cómo asimiló y experimentó las ideas de integración, viajando también dentro del continente con motivo de los múltiples cargos internacionales que desarrolló en paralelo a su rol parlamentario. Siendo Delegado de Chile antes las Naciones Unidas o participando junto a destacadas figuras como Carlos Lleras Restrepo, futuro Presidente de Colombia, y Raúl Prebisch, Director de CEPAL, en la elaboración del informe previo a la Conferencia de Cancilleres Latinoamericanos que se desarrollaría en la ciudad de Río de Janeiro (2), y sumando un amplio portafolio internacional de conferencias que lo llevaron a examinar de manera crítica el rol del continente en el plano internacional y a madurar su pensamiento latinoamericanista.

La integración latinoamericana: desafío de su administración

La integración latinoamericana para Frei Montalva tiene un doble objetivo: consolidar un círculo regional de peso ante los grandes bloques de la guerra fría, y lograr el apoyo de Estados Unidos, país que ejerce una influencia cada vez mayor en el desarrollo social y económico de los países que conforman Latinoamérica. Sin embargo su pensamiento frente al país del norte no es condescendiente (3): “Pensamos en una integración basada en economías y sistemas que se complementan y no en una colonización indirecta que por ser a veces sutil no es menos verdadera”.(4)   Y complementó: “Entre la democracia americana y el comunismo soviético, estamos con la Democracia. Pero al estar con la Democracia nos da autoridad para rechazar las formas de un imperialismo económico que ejercen monopolios no democráticos y que amenazan la libertad de estos pueblos. Y será nuestro deber combatirlos.”(5)

Condecoración de la Orden de Boyacá de Colombia, entregada a Frei Montalva por el Presidente Carlos Lleras Restrepo, el 11 de agosto de 1966.

Condecoración de la Orden de Boyacá de Colombia, entregada a Frei Montalva por el Presidente Carlos Lleras Restrepo, el 11 de agosto de 1966.

Con estos antecedentes al llegar a la Presidencia, la integración latinoamericana se convirtiera en un eje gravitante de su agenda de política exterior, desarrollando diversas acciones para posicionar el rol de Chile en el continente. Ya en enero de 1965 encargó a los economistas Raúl Prebisch, José Antonio Mayobre, Felipe Herrera y Carlos Sanz de Santa María, el estudio de un proyecto a miras de establecer un Mercado Común Latinoamericano, junto con realizar una serie de visitas de Estado. Así, en julio de 1965 arribó a Perú como parte de su escala final en la Gira a Europa, luego ese mismo mes visitó Venezuela, siendo recibido por Rafael Caldera, y en octubre de ese año viajó a Argentina. En agosto de 1966, visitó Ecuador y Colombia, y en 1968 llegó a Brasil. Parte de este pensamiento programático latinoamericano quedó plasmado en la publicación de 1967 “América Latina tiene un Destino”, la que reúne diversos discursos y cartas del Presidente en torno a la problemática Latinoamericana

La importancia de estas relaciones se encuentran registradas en las múltiples fotografías de los mandatarios de cada país que el dueño de casa exhibía en habitaciones públicas de su hogar, como la Sala de Vestir y la Biblioteca, espacios donde hoy es posible ver imágenes con dedicatorias personales hacia el entonces Presidente, incluyendo la de un amigo personal, como era el caso de Rafael Caldera, Mandatario de Venezuela. De modo simbólico las relaciones internacionales están presentes también en la Sala de Condecoraciones de Casa Museo EFM, donde junto con exhibir las medallas y condecoraciones recibidas, se puede observar un gran mapa indicando las ciudades a la cuales viajó el ex Mandatario chileno durante su administración.

El conjunto de estas acciones se concretan finalmente con el Acuerdo de Cartagena, que incluyó la firma de Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela. Este evento dio origen al Pacto Andino, al que se integró posteriormente Bolivia, y que tuvo por objetivo promover el desarrollo equilibrado y armónico de estos países, acelerar el crecimiento para el desarrollo y bienestar de los pueblos de la región, cooperación económica, académica y social, e impulsar la participación popular en el proceso de integración regional al que aspiraba Frei Montalva, manifestado públicamente en su aclamado discurso pronunciado en la Plaza Bolívar de Bogotá, y que forma parte del Archivo Histórico de Casa Museo disponible a investigadores y académicos:

“¿Para qué nos juntamos? Nos juntamos para crear la amplitud de los mercados necesarios para darle a nuestro desarrollo económico la velocidad y las condiciones que requiere la actividad del hombre en este siglo y en esta hora. Sin amplios mercados, sin una ancha base humana, no podemos tener acceso a la investigación científica ni a sus aplicaciones tecnológicas. Sin estas condiciones no tendremos desarrollo industrial suficiente para que la inteligencia de nuestros millones de trabajadores pueda alcanzar el alto nivel de eficiencia y capacitación profesional que hace respetable y fuerte la vida de millones de hombres que laboran en los países más avanzados de la tierra… Esta es nuestra tarea para hacer una América Latina unida; para crear entre las dos Américas una relación de amistad y cooperación reales, para que América Latina pueda tener voz y personería en el concierto mundial; y porque esta voz nuestra sea un llamado e influencia en servicio de la paz”. (6)

“América Latina tiene un Destino” (1967) y “América Latina Opción y Esperanza” (1977), libro traducido al inglés, alemán, portugués y ruso.

“América Latina tiene un Destino” (1967) y “América Latina Opción y Esperanza” (1977), libro traducido al inglés, alemán, portugués y ruso.

A pesar de los esfuerzos, el convulsionado contexto político y social latinoamericano llevó a desarticular varios de los principios sostenidos por Frei Montalva, ya que nuestro país se alejó del Pacto Andino en la década de los ‘70. Esta situación no logró desalentar la mirada intelectual y programática de Frei Montalva hacia el futuro del continente. Sus ideas se manifestaron nuevamente en su libro de 1977 “América Latina Opción y Esperanza”, traducido al inglés, alemán, portugués y ruso, que lo sitúa como figura y referente internacional sobre las problemáticas del desarrollo social en Latinoamérica, un antecedente clave para su trabajo en la Comisión Norte-Sur.

Desde estas páginas se puede observar la coherencia de su sistema de pensamiento, y aporte teórico y práctico a la integración latinoamericana, sobre la base de una identidad creada desde el origen cultural de la región, afianzada sobre valores democráticos y humanistas que aseguren el bienestar social:

“Saber que solitarios y aislados nuestros planes tienen un destino muy limitado, y que sólo una comunidad latinoamericana, de naciones, verdaderamente integrada, será capaz de crear las condiciones humanas y económicas indispensables para constituir un mercado idóneo y amplio, sin lo cual en estos países no habrá desarrollo, ni independencia real, ni defensa de legítimos intereses, ni posibilidad de ingresar en la aventura de la creación científica y de sus aplicaciones tecnológicas, para tener una voz en el ámbito de la comunidad mundial”. (7)

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(1) Frei Montalva, E. Aun Es tiempo. p. 96-97.
(2) op cit 204. Gazmuri, p, 413.
(3) De hecho profundiza en el rol que debe jugar Estado Unidos en ese rol de integración: “La unidad latinoamericana no tendría que hacerse contra los EE.UU., ni podría realizarse basada en un mero movimiento anti-yanqui. Al contrario, corresponde al gobierno de Washington alentar la organización latinoamericana, facilitarle ayuda, medios técnicos, no para llevar a cabo una obra altruista, sino para servir mejor a sus verdaderos intereses”. p.41
(4) p.77, “Defensa y afirmación de una política”, en Sentido y Forma de una Política.
(5) Ibíd. p. 78
(6) Frei Montalva, E. América Latina Tiene un Destino. p. 69-71.
(7) Frei Montalva, E. América Latina, Opción y Esperanza. p.298.

 

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