La exposición de grabados de Oswaldo Guayasamín perteneciente a la Casa Museo de Eduardo Frei Montalva, gracias a la inteligente compañía de catálogos y láminas, cuenta diversas historias: desde el origen de un artista ecuatoriano que se vuelve universal, hasta los movimientos sociales y coyuntura política de Chile a fines de la década de 1960.
Estos temas tienen un nexo sin embargo menos tradicional: la sorprendente cercanía que entabla Guayasamín gracias a su exposición y venida a Chile de 1969, con el ese entonces Presidente Frei Montalva.
Las paredes y habitaciones del Palacio Presidencial de Cerro Castillo atestiguan la cercanía del artista latinoamericano con el sencillo Presidente chileno, y más peculiarmente el retrato que realiza del ex mandatario y de connotados personajes de esa época. Hombres comunes enfrentados a grandes desafíos.
Un hombre común que caminaba cada mañana desde su casa en la calle Hindenburg en Providencia (ahora transformada en museo) hacia el Palacio Nacional de Gobierno. Ese hombre común se encuentra con el artista, que retrata la humanidad desnuda de todo adorno, la emotividad del mundo indígena negado del discurso tradicional.
Esos hombres singulares, pero sencillos se encuentran en la curiosa situación de ser dos grandes figuras en sus áreas, y sin querer serlo, es desde esa singularidad que su encuentro se vuelve trascendental e imponente frente a nuestra historia.
Rafael Molina, MA
Curador y Académico
Sala el Farol
Universidad de Valparaíso
* Este texto fue realizado en el marco de la exposición “Guayasamín en Chile, 1969” que se exhibió en la Sala El Farol del Centro de Extensión de la U. de Valparaíso durante enero del año 2012.
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