Destacado del Mes | Fotógrafos de la Presidencia

5 de agosto de 2022

 

 

 

 

Gracias a los fotógrafos de Presidencia, y a los que han desarrollado este trabajo en los distintos gobiernos que ha tenido nuestro país, hemos podido ver a través de sus lentes a los personajes políticos y también al pueblo chileno en los distintos momentos de nuestra historia.

¿Por qué se habla de unos y no de otros?
Un desafío que presentó la investigación previa fue la búsqueda de biografías o datos sobre los fotógrafos que trabajaron durante el periodo presidencial de Frei Montalva. De alguna manera, ubicarse detrás del lente los llevó al misterio del “anonimato”. Pero también hubo algunas sorpresas, como enterarnos que varios fotógrafos trabajaron a lo largo de las distintas presidencias, y que además, varios de ellos se desarrollaron en otros campos laborales, como el periodismo y el arte.

Retrato de Jorge Opazo. Autor: Hochhäusler, Ignacio. Año: 1940. Colección: Biblioteca Nacional de Chile. Propiedad intelectual: Obra protegida.

El retratista

Y dentro de los nombres encontrados hubo uno que se hizo muy famoso por fotografiar a distintos personajes de la alta sociedad. Hablamos de Jorge Opazo. Nació en Taltal el 22 de enero de 1908. Alrededor de los veintitantos años llegó a Concepción, lugar en el que conoció a Georges Sauré, un famoso fotógrafo chileno de la zona, quien se convirtió en su maestro.
El año 1926 se toma como el inicio de su carrera, ya que, primero, instaló su estudio: Foto Opazo y segundo, expuso sus primeras fotografías. Dos años después, apareció en un número de celebración de los 50 años de la revista Zig-Zag junto a otros fotógrafos. Ahí también apareció su mentor, ambos compartiendo el lugar como parte de los fotógrafos más importantes de la zona.Después de ver los paisajes de su Taltal y estar en Concepción, en 1930 viajó a Santiago. Ya instalado en la capital siguió trabajando como fotógrafo, hasta que, en 1938 Juana Aguirre, la esposa del presidente de ese entonces, Pedro Aguirre Cerda, le pide que le tome una fotografía a su esposo. De este modo, Opazo pasó a ser conocido como el fotógrafo que retrataba presidentes. Y por varios años retrató a la alta sociedad chilena. Años después, 1955, luego de fotografiar a Carlos Ibáñez del Campo y ser parte de su equipo de fotógrafos, el presidente lo nombró agregado cultural de la Embajada de Chile en Francia. Y mientras vivió en París (hasta 1958) incursionó en la fotografía de paisajes.

 

Luego de su regreso, siguió exponiendo en distintas salas, retratando a la aristocracia nacional y también a presidentes, como a Eduardo Frei Montalva y Salvador Allende.
En 1979, a los 71 años, fallece en Santiago, dejando varias obras en la Biblioteca Nacional como en el Museo Histórico Nacional.
Respecto a la técnica fotográfica de Opazo, consistía en la búsqueda del glamour, estilo de fotografía usado en revistas y fotos publicitarias, que estuvo ligado a la industria del cine hollywoodense, en la época de las grandes divas del cine de las décadas del ‘20 y ‘30.
Siguiendo el estilo de fotógrafos como George Hurrell y Clarence Sinclair Bull, por medio de la iluminación y poses elegantes, refinadas y en blanco y negro, las personas retratadas eran vistas como en un estado de semidivinidad.

Los retratos de Opazo eran solicitados, porque las personas sentían que se destacaban los mejores rasgos y también, por la sobriedad de la imagen captada. El uso de fondos lisos, la austeridad en el ambiente, para destacar la persona retratada, ayudaban a crear toda esta escena glamorosa. Respecto a los recursos lumínicos, equilibraba la iluminación con el fondo, para lograr que, contrastara con el fondo. Y el ángulo desde donde capturaba, el contrapicado, situándose en un ángulo inferior a quien retrata, es decir enfocando hacia arriba, para lograr mayor delgadez, junto a una imagen de triunfo y superioridad.

 

Reportero gráfico en acción

Por otro lado, el reportero gráfico que también capturó a Eduardo Frei Montalva durante la presidencia fue José “Pichanga” Muga, a quien se le recuerda por su trabajo en la revista Vea, lugar donde trabajó durante 50 años.
En esos tiempos, la noticia que copaba los titulares tenía como protagonista a un hombre, a quien la misma revista Vea apodó “El Chacal” de Nahueltoro, dedicándole a la historia de él distintos números y muchas páginas, jugando un rol sensacionalista sobre todo lo que tenía que ver con Jorge del Carmen Valenzuela Torres, el “Chacal” de Nahueltoro. Pero con el correr del tiempo, la publicación cambió la mirada y mostraba el avance y cambio del inculpado de los asesinatos durante el tiempo que estuvo preso y esperando la sentencia, revelando el lado humano y de arrepentimiento. Y todo esto bajo el lente de José Muga y su compañero de trabajo.

En la revista Nueva Aurora, Osvaldo Muñoz Romero, un colega, lo recordó con gran cariño, narrando algunos de los tantos reportajes en los que trabajaron en conjunto y todos los viajes que les significó junto a sus anécdotas.
Una de las más recordadas fue en otro crimen, pero años antes de lo de Jorge del Carmen Valenzuela Torres. Muñoz recuerda, en esa publicación, la experiencia al límite que vivió su amigo “Pichanga” Muga, al estar desde la madrugada en el lugar donde se iba a hacer la reconstitución de escena del asesinato de Alicia Bon.
Mientras carabineros y el ministro en visita a cargo de la investigación seguían periciando el lugar, el ministro le pide a uno de los policías que dispare a unos matorrales para ver la capacidad de algunas de las armas con las que pudieron matar a la víctima. Luego de escuchar la petición del ministro, desde los mismos matorrales se escuchan los gritos a un hombre pidiendo que no lo maten, que no disparen. José Muga había logrado traspasar las barreras policiales para poder entregar imágenes inéditas a la revista y sacar una publicación que fue un éxito.

Eduardo Frei Montalva, hacia 1967. Autor: José Muga. Año: 1967. Propiedad intelectual: Obra protegida. Colección: Museo Histórico Nacional.

Pero no fue la única vez que su vida corrió peligro por desempeñar su trabajo. En otra oportunidad, viajaron a San Felipe para cubrir otro asesinato. Y cuando estaban tomando la declaración del culpable, el “Tucho” Caldera, su compañero de labores, Muñoz Romero, le dice que se acerque al detenido para fotografiarlo. Muga con la cámara en mano, listo para disparar, se pone delante del “Tucho”, pero el asesino se suelta de los escoltas y muy enojado persigue a Muga, quien corrió a las afueras del recinto donde se realizaba la toma de testimonio, hasta que los escoltas lograron apresarlo.
Sabemos que hay muchos nombres más de quienes inmortalizaron estos momentos, que para muchas personas son recuerdos y para otras, fuentes de investigación para descubrir y respaldar la historia de nuestro país. Y destacamos en este artículo, en el mes de la fotografía, a estos dos personajes que trabajaron desde distintas aristas esta disciplina, rindiendo un pequeño homenaje a ellos y a todos quienes siguen captando la historia desde un lente fotográfico, manteniendo  en cada disparo de flash, el pasado vivo en esas imágenes.

 

 

 

 

 


Referencias
• http://www.artistasvisualeschilenos.cl/658/w3-article-40312.html
• https://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-3474.html#presentacion
• https://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-96501.html
• https://circulodeperiodistas.cl/mausoleo-historia-y-homenaje-postumo/
• Nueva Aurora. Vol. XII. Rescatado de https://circulodeperiodistas.cl/wp-content/uploads/2014/11/Nuevaurora-vol.-12.pdf
• “Sentencia cumplida”: el Chacal de Nahueltoro, una construcción mediática a través de la revista Vea. Chile, 1960-1963. Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura, vol. 47, núm. 2, pp. 181-218, 2020. Universidad Nacional de Colombia. Marco Antonio León León. Universidad del Bío-Bío, Chile. Rescatado de https://www.redalyc.org/journal/1271/127164235009/html/

 

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