Objeto del mes: Apoyo al patrimonio arqueológico

10 de mayo de 2016

En septiembre de 1967 tuvo lugar un encuentro poco usual y fuera de protocolo en la remota localidad de San Pedro de Atacama. Hasta allí llegó Eduardo Frei Montalva para reunirse con sus habitantes, quienes lo solicitaron al enterarse de que se encontraba en la inauguración de las faenas preliminares

del yacimiento de cobre “La Exótica” le-paige-web en Chuquicamata, como parte del proceso de Chilenización del Cobre. Al día siguiente el Presidente debía partir a Antofagasta para emprender rumbo a Santiago, pero Frei, el intendente de Antofagasta y su comitiva, se dirigieron a San Pedro, donde fueron recibidos por el Presidente de la Junta de Adelanto y Progreso del lugar, el sacerdote jesuita Gustavo Le Paige, con el fin de escuchar sus demandas para el desarrollo de la zona.

El misionero etnógrafo

Le Paige (Tilleur, Bélgica. 1903 – Santiago, Chile. 1980) nació en Tilleur, cerca de la ciudad universitaria de Lieja, en el seno de una familia intelectual ligada a esa universidad. Sus primeros estudios los realizó en el colegio de la Compañía de Jesús de Charleroi, para ingresar como novicio jesuita en Arlon en 1922, siendo enviado por primera vez al Congo Belga en 1928 a los 25 años para luego volver a Bélgica, donde ingresa a estudiar Filosofía y Teología en la U. Católica de Lovaina. En 1933 regresa nuevamente a África como misionero itinerante en la Misión de Yasa, permaneciendo 3 años más hasta volver a Bélgica para a su ordenación sacerdotal. En esa ocasión conoce al, entonces, seminarista chileno Alberto Hurtado Cruchaga, quien lo acompaña en su ordenación para volver por tercera vez al Congo de 1936 hasta 1952, como superior de la misión jesuita de Ngi (2).

Es en el Congo en donde comienza a desarrollar su interés por los grupos étnicos a través del arte africano indígena. Como sostiene el estudio de Jorge Pavez, para Le Paige “el estudio del arte indígena puede ayudar a conocer el parentesco entre las ‘razas´ y las relaciones entre los habitantes de diferentes provincias, lo que permitiría encontrar las relaciones de ‘dependencia religiosa’ entre las razas” (3). El misionero sostiene correspondencia con Joseph Maes, encargado de la Colección del Museo de Tervuren en Bélgica, “quien desde su gabinete coordinaba las investigaciones etnológicas belgas en el Congo, y ordenaba los objetos que le enviaban misioneros y funcionarios coloniales”. Junto con orientar en la recolección de información etnográfica de los objetos, Maes colabora en fortalecer y desarrollar la figura del “misionero etnógrafo” en La Paige, quien llegó a reunir una completa obra etnográfica de la región del Kwango. Sin embargo, una enconada disputa con el obispo de la zona por “su defensa estratégica de las costumbres indígenas”, será el motivo de su salida de esta misión por orden del Vaticano junto a sus superiores eclesiásticos (4).

Tras la resolución de la SS es enviado junto a su orden a Chile, a trabajar con A. Hurtado, arribando en 1953  (5). Como él mismo relata: “el P. Alberto Hurtado había muerto el 18 de agosto (1952) sin que lo sepamos, o mejor sin que me avisen haciendo creer que me mandaban a Chile para ayudarlo!!?”(6). Designado a Chuquicamata en 1954, el misionero no llega a integrarse plenamente en este poblado minero. Hacia marzo de 1955 descubre San Pedro de Atacama y pide su traslado hacia allá para hacerse cargo de la parroquia, en donde se radicará de forma definitiva por el resto de su vida.

Le Paige en San Pedro de Atacama

Desde su llegada a San Pedro de Atacama, Le Paige comienza a recorrer los alrededores de la localidad altiplánica, alcanzando en pocos años a cubrir toda la región. El origen de su interés en la arqueología local no se puede establecer con claridad, ya que él mismo contribuyó a esa confusión relatando diversas versiones de este descubrimiento: “Un día estaba pintando en pleno desierto, porque siempre me ha gustado mucho la pintura, cuando noté algo que sobresalía de la tierra. Escarbé como un loco y di con una tumba con dos cuerpos” (7). Años más tarde, en una conferencia de prensa realizada en Santiago en octubre de 1967, relata: “Iba con unos chiquillos cuando encontré unos cráneos; los tomé y les hice una primer examen. Le pasé uno a cada cabro, sin fijarme en su cara de espanto mientras miraba otros; así tuve a cada chiquillo con un cráneo. Les expliqué las diferencias entre los dolicocéfalos y braquicéfalos, de modo que me entendieran; luego guardé los cráneos y me los llevé. La noticia cundió por el pueblo y, entre asustados y en broma, me empezaron a conocer como ‘el cura que entierra a los vivos  y desentierra a los muertos’ ” (8).

Los relatos coinciden en que el encuentro de las piezas fue azaroso, siendo el inicio de su contacto y aproximación a la cultura atacameña desde sus continuas excavaciones, las cuales desarrollaba a la par con su trabajo pastoral y sacerdotal. La experiencia de “misionero etnógrafo” adquirida en África le permite una rápida cercanía con los habitantes del altiplano. Como explica Horacio Larraín: “Su gran familiaridad y sintonía con los atacameños actuales -los parientes lejanos de un antaño arqueológico- a través del círculo íntimo de sus ayudantes de campo y sus familias, y gracias a sus frecuentes visitas caritativas a las familias más alejadas del núcleo sanpedrino, hasta llegar a sus humildes chozas en su destartalado jeep, le permitió recoger tradiciones, historias no escritas, relatos o informaciones del más alto interés etnológico y científico”(9).

Encuentro con el Presidente

El encuentro de ambas figuras en San Pedro no fue casual. Como consigna el biógrafo Lautaro Núñez, a Le Paige “todo lo que ocurre en San Pedro le preocupa y predispone a salir al encuentro de sus trámites y acciones” (10), destacando en su personalidad un estilo autosuficiente para lograr sus intereses. Un ejemplo de ello es cuando escribe en septiembre de 1965 al entonces Presidente Frei sobre la necesidad de condecorar al señor Saturnino Flores al haberse destacado por “su heroísmo y sacrificio” en labores de rescate ante los temporales en el altiplano, tras lo cual éste respondió: “He recibido su atenta carta de fecha 7 del presente y he tomado nota de sus comentarios… me parece muy acertada su idea de distinguir al señor Flores con una condecoración especial como reconocimiento a su espíritu humanitario, y de realizarse una visita mía a esa zona me será muy grato hacerlo. En todo caso me pondré en contacto con Ud. oportunamente para tal efecto” (11).

De este modo, no es de extrañar que Le Paige haya sido el orador principal en su calidad de Presidente de la Junta de Adelanto ante la visita de Frei la mañana del 27 de septiembre, oportunidad en la cual fue recibido por los niños de la Escuela de San Pedro de Atacama, los habitantes de las comunidades de Toconao, Socaire y Talabre, que llegaron a participar de esta histórica visita, se pueden apreciar en los registros fotográficos que se conservan en Casa Museo Eduardo Frei Montalva. Le Paige entregó a Frei un memorándum con los problemas que afectaban a la localidad para lograr el desarrollo y progreso que necesitaba, como agua potable, un hospital o la Escuela Granja de San Pedro, la cual había sido solicitada por los habitantes en 1939 al entonces Presidente Pedro Aguirre Cerda, pero que recién comenzó a funcionar en 1967. Dado esto, la visita del Presidente fue considerada la inauguración de la misma. Frei también recibió varios objetos característicos de la zona de los habitantes de Toconao elaborados en roca volcánica, mientras que le Paige “le hizo entrega de dos objetos correspondientes a una antigua civilización que existió en la zona” (12).

Le Paige destacó el hito de la primera visita de un Presidente a San Pedro. Frei expresó: “Él ha dicho que en más de 400 años de existencia de este pueblo -de donde salieron los conquistadores de Chile, de aquí partieron, tal vez de esta misma plaza, de esa esquina-, es primera vez que un Presidente de Chile viene a saludarlos y, naturalmente, para mí éste es un motivo de satisfacción… Es inútil que uno pueda opinar sobre alguna cosa si no la ve con sus propios ojos. Ahora nos hemos visto con nuestros propios ojos; nos hemos conocido. Ustedes han salido ganando poco con conocerme a mí, pero yo mucho con conocerlos a ustedes, porque ahora, cuando me planteen sus problemas, no sólo voy a pensar en un frase, en un nombre, sino que voy a decir que algo se puede hacer por estos niños, por estos hombres, señoras y sus hijos que han estado aquí en esta tranquila plaza conversando con su Presidente, porque yo soy el Presidente de todos ustedes” (13).

Frei y Le Paige visitaron la iglesia de San Pedro. Dicha fotografía fue portada de la edición de “El Mercurio de Antofagasta” y una de sus copias originales, junto con los registros de ese encuentro, forma parte del Archivo Fotográfico de Casa Museo. Asimismo, fue el mismo misionero quien mostró  las instalaciones del Museo Arqueológico, el cual había sido inaugurado en 1957 en la casa parroquial y tras el apoyo de la U. Católica del Norte abrió una primera sección en 1963 (14). Al finalizar este encuentro en San Pedro, Le Paige solicitó a EFM que lo recibiera el mes siguiente en Santiago, ya que estaría en la capital visitando embajadas y realizando conferencias y charlas.  También durante la visita a la localidad, Frei visitó las instalaciones de la Hostería de San Pedro, en este entonces parte de la Hotelera Nacional S.A.(15), como una forma de apoyar el incipiente turismo nacional.

Le Paige en Santiago

En octubre de 1967, Le Paige inicia una serie de visitas a nivel nacional para difundir y poner en valor la colección del Museo Arqueológico de San Pedro de Atacama, dando a conocer su figura en Talca, en donde realiza una conferencia, mientras que en Santiago dicta charlas. Además, comienza a contactarse con embajadas para hacer cumplir las promesas de ayuda para la comunidad de San Pedro. De este modo, el viernes 7 de octubre de 1967, Le Paige es recibido por Frei en el Palacio de La Moneda, en donde retribuye la visita que el Presidente realizó en su gira de septiembre al norte. Junto con exponer nuevamente los problemas que afectaban a la localidad Le Paige solicitó recursos para el museo (16), logrando de parte del Presidente un “serio compromiso de apoyo al Museo” (17) con el cual se logra la construcción de la segunda sección del inmueble, inaugurada en 1968 junto al Congreso Panamericano de Arqueología que logró organizar de forma paralela (18).

Luego de la visita a EFM en Santiago, Le Paige se reúne con el dueño de la Editorial Orbe con el fin de firmar un convenio para la edición de sus libros en inglés y español. Uno de los títulos, “Industrias Líticas de San Pedro de Atacama”, forma parte de la biblioteca de Frei en coedición con la U. del Norte (19). En la editorial también ofreció una conferencia de prensa ante la novedad que presentaba la figura de Le Paige y sus avances. La prensa ya destacaba  cómo a través del estudio de los cráneos y las piedras daba a conocer la importancia del poblado altiplánico, junto con  desentrañar la “arqueología social” de la comunidad de San Pedro: “Tengo 125 momias allí; he examinado cuatro mil tumbas y unos 30 pueblos destruidos e inhabitados… Nunca encontré en mi vida un pueblo tan antiguamente democrático como el de San Pedro de Atacama. Todos los años, en fecha fija, en forma rotativa, se reparten los cargos, desde el más al menos importante. Nunca encontré una tumba que revelara la existencia de caciques o dignatarios, podían ser ricos o cada vez más y más pobres, pero todos iguales en todas las épocas” (20).

En reconocimiento por su aporte a la cultura nacional, el 14 de julio 1972 (21) a Le Paige le es concedida la nacionalidad chilena por gracia y hasta el final de su vida permaneció viviendo y trabajando en San Pedro de Atacama. Dos meses antes de su fallecimiento, en mayo de 1980, al enterarse del delicado estado de salud en el que se encontraba Le Paige, Frei le escribe una breve carta en la que expresa nuevamente su simpatía y la posibilidad de reunirse nuevamente (22). El aporte del misionero belga al desarrollo y progreso de la localidad de San Pedro es innegable, ya que desde su llegada en 1955 hasta su muerte, “reunió alrededor de 375 mil objetos, descubrió más de cien sitios arqueológicos y cerca de cuarenta pueblos en ruinas, excavó más de tres mil sepulturas en alrededor de medio centenar de cementerios”. De este modo, en tan sólo 25 años, logró posicionar a esta remota localidad como uno de los centros arqueológicos más importantes a nivel nacional, junto a la vasta colección que se conserva actualmente en el Museo Arqueológico Gustavo La Paige, lugar que resguarda este invaluable patrimonio nacional.


Notas

(1) Extraordinaria resonancia popular tuvo la visita de Frei. La Nación. 29. 09.1967
(2) Pavez Ojeda, Jorge. Fetiches kongo, momias atacameñas y soberanía colonial: Trayectoria de Gustavo Le Paige s.j. (1903-1980). Estud. atacam. [online]. 2012, n.44 [citado  2016-04-08], pp. 35-72 . Disponible en: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-10432012000200003&lng=es&nrm=iso. ISSN 0718-1043.  http://dx.doi.org/10.4067/S0718-10432012000200003; Larraín B., Horacio. Tras las huellas de Gustavo Le Paige S.J. Revista Mensaje. [online]. Diciembre 2010, n.595 [citado  2016-04-08], pp. 45-48. Disponible en: http://biblioteca.uahurtado.cl/ujah/msj/docs/2010/n595_45.pdf
(3) Pavez Ojeda:2012.
(4) Le Paige, en De Brulle 2010: 36; op. cit. en Pavez Ojeda:2012.
(5) R. P Gustavo Le Paige, Artista. [online]. [citado 2016-04-13]. Disponible en:  http://museoarqueologicolepaige.blogspot.cl/
(6) Ibíd.
(7) Revisar referencias citadas por Pavez Ojeda: 2012;  Revista Vea, “El Padre Le Paige muestra en Santiago sus hallazgos iniciados por ‘Chiripazo'”, 14/08/1969.
(8) Gustav Le Paige: El cura que entierra a los vivos y desentierra a los muertos. La Nación. 12.10.1967.
(9) Larraín B., Horacio. Tras las huellas de Gustavo Le Paige S.J. Revista Mensaje. [online]. Diciembre 2010, n.595 [citado  2016-04-08], pp. 45-48. Disponible en: http://biblioteca.uahurtado.cl/ujah/msj/docs/2010/n595_45.pdf
(10) Núñez, Lautaro: Gustavo Le Paige: cronología de una misión. Ediciones Universitarias, U. Católica del Norte, Antofagasta, 1993.
(11) Carta de Le Paige a EFM (10.09.1965) cit. por en Núñez:1993
(12) Extraordinaria resonancia popular tuvo la visita de Frei. La Nación. 29. 09.1967
(13) San Pedro de Atacama recibió por primera vez la visita de un Presidente Chileno. El Mercurio de Antofagasta. 29.09.1967.
(14) Museo Arqueológico R.P. Gustavo Le Paige. [online]. [citado 2016-04-13]. Disponible en: http://www.sanpedroatacama.com/museo.htm
(15) Ibíd.
(16) En La Moneda: Padre Le Paige. La Nación. 7.10.1967
(17) Núñez:1993
(18) Pavez Ojeda:2012
(19) Le Paige, Gustavo. Industrias Líticas de San Pedro de Atacama. Editorial Orbe – Universidad del Norte. Santiago de Chile. 1970.
(20) Gustav Le Paige: El cura que entierra a los vivos y desentierra a los muertos. La Nación. 12.10.1967
(21) Concede Nacionalidad Chilena al Padre Gustavo Le Paige. [online]. [citado 2016-04-13]. Disponible en: https://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=29211&buscar=le+paige
(22) Carta de EFM a Gustavo La Paige. 28.03.1980. Archivo Histórico Eduardo Frei Montalva.

 

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