Objeto del mes: María Ruiz-Tagle. Más que la mujer que acompañó a un Presidente

28 de febrero de 2017

Maruja, como la llamaban cariñosamente sus cercanos, fue la esposa de Eduardo Frei Montalva. Su rol como Primera Dama durante el mandato presidencial de su cónyuge la hizo conocida a nivel nacional e internacional. Sin embargo, ella fue más que la compañera de uno de los presidentes más influyentes de nuestro país en el siglo XX y durante el Mes de la Mujer queremos destacar a esta tenaz chilena.

Matrimonio de Eduardo Frei Montalva y María Ruiz – Tagle. 27 de abril de 1935.

Matrimonio de Eduardo Frei Montalva y María Ruiz – Tagle. 27 de abril de 1935.

Pocos antecedentes se conocen de la niñez de María Ruiz-Tagle Jiménez. Se sabe que nació en Santiago el 15 de abril de 1913, siendo sus padres Claudia Jiménez y Alfredo Ruiz-Tagle, ambos de la zona de Valdivia (1). Además tuvo un hermano, Alfredo, nacido en 1911, quien fue sacerdote y creador de Fundación Mi Casa, una importante obra dedicada al resguardo y educación de niños y adolescentes vulnerables en nuestro país (2).

Durante su adolescencia estudió en el actual Colegio Compañía de María de calle Seminario, en ese entonces Colegio de las Monjas de la Buena Enseñanza (3). Cuando tenía catorce años vivía junto a su familia en calle Portugal, muy cerca del colegio donde estudiaba su hermano, quien tenía un amigo y compañero de curso que vivía a unas pocas cuadras de ellos y que en un tiempo más se convertiría en alguien muy importante en la vida de la joven Marujita, Eduardo Frei Montalva. Fue precisamente Alfredo quien los presentó un día de 1927 cuando lo invitó a su casa y, contrario a lo que sucedería más adelante, este primer encuentro no causó mayor impresión en ella. En una entrevista que dio a la revista Vea en 1964 le señala a la periodista Raquel Correa:

“Cuando lo conocí no me gustó. Era muy serio…”(4)

María es descrita como una mujer sencilla, pero muy alegre y vivaz. Ella misma señalaba que le gustaban las fiestas y que ese rasgo propio de su juventud contrastaba con la impresión que le causó Frei cuando lo conoció.

No será hasta 1929 cuando María y Eduardo comiencen una relación formal, un pololeo típico de aquellos años. Visitas de él a la casa, muy pocas salidas y nunca solos. Mucha correspondencia, especialmente cuando pasaban sus vacaciones fuera de Santiago y no podían verse. Parte importante de esas cartas se conservan en el Archivo Histórico de Casa Museo Eduardo Frei Montalva y en él podemos observar el profundo amor que la pareja se tenía, que transita desde el habitual romance idílico de adolescentes a un amor maduro, consolidado y firme.

Varios acontecimientos fueron marcando a la pareja durante los años previos al matrimonio, en todos ellos María se mantuvo siempre apoyando a su novio. Frei se iniciaba en el camino de la política durante sus años universitarios, compatibilizando sus estudios, las reuniones de la Asociación de Estudiantes Católicos (ANEC), su trabajo y otras actividades. Su salud se deterioró considerablemente hacia fines de 1931, al punto de tener que pasar una temporada en el Sanatorio de Peña Blanca por una afección pulmonar que le significó un par de meses de reposo absoluto (5). Dadas las circunstancias, María le escribe regularmente al sanatorio, al menos cada dos días, para contarle lo que ha hecho durante su ausencia, hacerle llegar los saludos de sus futuros suegros, y pendiente de su recuperación. “¿Cómo estás tú larguito lindo? ¿Te sientes mejor? Le escribía a fines de enero de 1932… Tú no sabes lo que te echo de menos… ¿Qué habría sido de mi sin tu cariño Freicito adorado?!…” Son las tiernas palabras que le hace llegar, además de dulces, manjar blanco y otras cosas que le envía al sanatorio (6).

Otro hecho importante para la vida de ambos fue el nombramiento de Frei Montalva como director del periódico iquiqueño El Tarapacá, que implicó que él se trasladara a vivir al norte, dejando a su futura esposa en Santiago durante varios meses antes de la boda. Ella se ocupó entonces de los detalles necesarios para la celebración del matrimonio y de la futura vida en Iquique. Como ella misma le relata en sus cartas a Frei, durante esos meses compró telas para hacer sábanas, cobertores y un largo etcétera.

Pese a todo el ajetreo que significa prepararse para la vida de casada, María siempre tuvo tiempo de mantener una fluida correspondencia con su novio, manteniendo su carácter dulce y su excelente humor, bromeando incluso con su vestido de novia y su apariencia, diciéndole que vestida de blanco parecería “mosca en leche, pero a pesar de todo voy a ser la negrita encantadora de Freicito…”

Después de seis años de noviazgo, María y Eduardo se casaron a fines de abril de 1935, en una ceremonia celebrada en la capilla del Instituto de Humanidades y una recepción en la casa de la novia, como era la costumbre de la época. Tuvieron una pequeña luna de miel en la zona costera de la Quinta Región y de ahí partieron en barco a Iquique, para iniciar su propia familia. Al poco tiempo de casados llegaría su primera hija, Irene(7).

De la vida de ella en Iquique no existen muchos antecedentes, pero si sabemos que de su estadía en el norte guardó muy buenos recuerdos. Al menos así lo comentó en una entrevista de marzo de 1996 (8).

En 1937 la familia decide regresar a Santiago. Al volver adquieren un terreno en la incipiente comuna de Providencia, donde iniciarán la construcción de su casa, la cual ocuparán sólo desde 1942, cuando llegue el primero de los hijos varones, sumando la familia su sexto integrante.

MAría Ruiz-Tagle junto a seis de sus siete hijos, en 1946.

MAría Ruiz-Tagle junto a seis de sus siete hijos, en 1946.

El matrimonio tuvo siete hijos en total, cuatro mujeres y tres hombres. Después de la mayor, y ya de vuelta en Santiago, nacerían Carmen, Isabel, Eduardo, Mónica, Jorge y Francisco, con aproximadamente unos dos años de diferencia entre ellos, salvo Francisco que nacería cinco años después de Jorge.

Como madre de una numerosa familia, María Ruiz-Tagle se preocupaba de todos los detalles ligados al funcionamiento del hogar, como era la costumbre de esa época. De acuerdo a una entrevista realizada por un grupo de investigadores en el año 1996 (de la cual se conservan algunos extractos en nuestro Archivo Histórico), mientras se recogían antecedentes para la edición de un libro sobre Eduardo Frei Montalva, se dio una conversación entre algunos hijos del matrimonio y la propia María, que deja pistas sobre su carácter y su vida.

Por ejemplo, nos queda bastante claro que su rol de dueña de casa estaba muy definido y consolidado, ni ella, ni don Eduardo permitían que otras personas influyeran en el manejo de la casa ni en la crianza de los hijos. También queda en evidencia que si bien ambos ponían orden en la casa, la señora María era más estricta, mientras el padre parecía ser más permisivo, siendo ella quien establecía las reglas y vigilaba los deberes de sus hijos. “Yo era la bruja…”(9), afirma en tono de broma durante la grabación.

Otro aspecto que destaca de su gestión es su dedicación hasta en los detalles más pequeños. Por ejemplo, hacer los forros de género para los libros y cuadernos de sus hijos e hijas, que ella misma cosía. Sin duda, esta era una forma de cuidar de la economía familiar y de los materiales escolares de sus hijos, considerando que cuidó de siete y que al menos por unos buenos años el presupuesto no sobraba. El mismo Eduardo Frei recalcó más de una vez aquellas cualidades de su esposa que despertaban en él una profunda admiración:

“Ella le ha dado a mi casa dignidad, tranquilidad, alegría y gran eficiencia y eso también es muy importante… Porque no hablemos de las cosas tan grandes, hablemos de las cosas chicas. Es tan agradable tener una casa, que reine el orden y la limpieza, dentro de la modestia, la distinción. Eso debo a mi mujer, mis siete hijos. Ellos son, aunque sea una frase manida, mi alegría y mi orgullo.”(10)

Con el paso del tiempo la carrera política de su esposo fue marcando la vida de la señora María también, pues aunque don Eduardo mantuviera una separación entre su trabajo y su hogar, cada campaña en la él se involucraba, ya fuera propia o de su partido, significó algún trastorno en la cotidianeidad familiar. Incluso con ocasión de las elecciones parlamentarias de 1948 se trasladaron con él a la zona de Coquimbo para acompañarlo.

Pero sin lugar a dudas fue la elección presidencial de 1964 la que más cambios les trajo, sobre todo para Maruja, pues desde ese año y hasta 1970 debió acompañar a su esposo cumpliendo un rol completamente ajeno a lo que estaba acostumbrada, como Primera Dama de la Nación durante el mandato presidencial de Eduardo Frei Montalva.
En una entrevista que dio pocos días después de la elección de Frei a la famosa periodista Raquel Correa, que por esos años trabajaba para la revista “Vea”, María Ruiz Tagle señala que no se sentía preparada para ser Primera Dama, pero si tenía bastante claro cuáles serían sus principal focos de atención

“¿Y cómo se siente de Primera Dama?-le decimos.
Todavía no me siento-responde de inmediato-. Cuando en un diario me vi retratada y leí que me anunciaban como Primera Dama, me dio una impresión terrible.[…] Ha sido un trastorno grande todo esto. Todavía no puedo acostumbrarme bien.
[…]
Indagamos cuál será su papel como Primera Dama. Responde:
-He pensado mucho en eso, pero aún no tengo un plan concreto. Mi mayor deseo es contribuir a mejorar el nivel de vida en las poblaciones y especialmente ocuparme de los niños más humildes.”(11)

Considerando la timidez que ella misma reconoce en la entrevista, Maruja desempeñó un rol inesperado dentro del gobierno de su esposo. Transformó el modesto funcionamiento de lo que en materia social existía en nuestro país en una gran obra que fomentó el desarrollo de la mujer chilena como nunca antes se había visto.

“A comienzos del período presidencial funda CEMA Chile, trabajo en que es apoyada por las esposas de todos los Ministros del Gabinete. Para realizar esta labor le es destinada una oficina en el Palacio de la Moneda, a la cual concurría todas las mañanas, para dedicarse por las tardes a recorrer, junto a Sergio Ossa los Centros de Madres de las distintas poblaciones de Santiago. Esta tarea es considerada una actividad de suma importancia para el programa de Promoción Popular elaborado por el gobierno.” (12)

María Ruiz-Tagle junto a un grupo de mujeres alrededor de 1965.

María Ruiz-Tagle junto a un grupo de mujeres alrededor de 1965.

Como fruto de su incansable trabajo, la Central Relacionadora de Centros de Madres se transformó en un organismo fundamental y complementario al programa de Promoción Popular del gobierno de su esposo. Miles de mujeres se vieron beneficiadas con educación, capacitación y los ingresos provenientes de su trabajo. CEMA alcanzó un nivel de organización y eficiencia tales en la compra de materiales y en la gestión del trabajo de las mujeres que rápidamente rindió sus frutos y se transformó en todo un modelo. Fue concebida como una institución dedicada a “proporcionar servicios promocionales de Capacitación Técnica y Organizacional”, además tenía un carácter económico “destinado a proporcionar trabajo que, al ser realizado en el propio hogar, permitiera a las mujeres madres de numerosos hijos, contribuir al presupuesto familiar sin abandonar el cuidado y la atención de ellos” (13).

El propio Frei Montalva destacará públicamente en su mensaje del 21 de mayo de 1970 los significativos avances sociales logrados por la institución que dirigía su esposa, de la cuál siempre dijo sentirse muy orgulloso pues hasta finales de 1969 ya existían cerca de 9.000 centros de madres, lo que significaba alrededor de 450.000 mujeres agrupadas en estas entidades.

Por otra parte, en cuánto a la capacidad económica que alcanzaron estas organizaciones, a la misma fecha ya se había gestionado la compra de unas 70.000 máquinas de coser de parte de las mujeres, lo cual fue en directo beneficio de los ingresos de sus respectivas familias, pues estas máquinas serían su herramienta de trabajo básica. En cuanto a capacitación de las socias, el convenio que CEMA suscribió con el Ministerio de Educación para los años 1966 a 1968 benefició a 23.329 mujeres (14).

En resumen, en su último mensaje presidencial, Frei Montalva daba cuenta de los significativos logros de la institución encabezada por María Ruiz-Tagle. Además, como podemos ver en los documentos que se conservan en nuestro archivo, ella se involucró directamente en muchos aspectos de la gestión de CEMA, como la compra de materiales, insumos, maquinaria, el manejo de los inmuebles, la coordinación con otras fundaciones y las visitas a los establecimientos de abastecimiento, venta y trabajo de los centros.

Así, activa pero manteniendo un bajo perfil, la señora María traspasa las paredes de su hogar de Hindenburg, en Providencia, para cambiar la vida de miles de mujeres chilenas y sus familias. Por ello, cuando el año 2012 un equipo de la Policía de Investigaciones de Chile publica una investigación titulada “Primeras Damas de Chile”, dedica a María Ruiz-Tagle hermosas palabras que recogen en un simple párrafo algunas características de esta mujer:

“De manera silenciosa afrontó los desafíos del mundo político, esas impuestas por el corazón más que por la voluntad. Primero por su esposo, luego por su hijo. Se acercó a La Moneda con esa eficiencia tan suya que le permitió en poco tiempo abrazar y organizar a miles de madres de nuestro país.” (15)

Mensaje de María Ruiz-Tagle publicado en libro de CEMA.

Mensaje de María Ruiz-Tagle publicado en libro de CEMA.

Como resultado de su trabajo, durante su época de Primera Dama e incluso después, recibió una serie de reconocimientos a nivel nacional e internacional. Desde humildes obsequios de las mujeres a las que ayudó a través de CEMA, hasta condecoraciones extranjeras, varios de los cuales se exhiben hoy en Casa Museo EFM como testimonio de su labor.

Finalizado su período de Primera Dama retornó a su vida de dueña de casa, madre y también abuela. Varios de sus hijos ya no vivían en la casa de Hindenburg, habían formado sus propios hogares y con ello la casa quedaba más vacía. Y en esta etapa volvemos a caer en la oscuridad respecto de la vida de María, sólo sabemos por fotografías y unos pocos testimonios citados en el libro de Cristian Gazmuri y el de la PDI antes mencionados, que ella acompañaría a su esposo no sólo en la intimidad del hogar, también en los viajes al extranjero que éste realizaría.

Llegaría así el año de 1981 y con ello iniciaría uno de los momentos más dolorosos de su vida. El 22 de enero de 1982 su esposo, Eduardo Frei Montalva, fallece. ¿Qué fue de doña Maruja después de ese momento? No lo sabemos con certeza, excepto que permaneció en la casa de Hindenburg durante varios años más y que reapareció públicamente cuando su hijo Eduardo asumió la Presidencia de la República en 1994.

retratoEl 10 de abril de 2001 María Ruiz-Tagle falleció en una clínica de la capital, como consecuencia de una deficiencia respiratoria tras una neumonía que, a sus 87 años, la mantuvo casi un mes internada. Su vida, sin grandes ostentaciones ni alardes, se apagó dejando tras de sí una huella imborrable que quizás ella nunca imaginó. La mujer, la madre, la abuela, la Primera Dama fue despedida por las más altas autoridades del país en la Catedral Metropolitana y acompañada por grandes muestras de afecto popular (16).

Con motivo de su partida, muchos la recordaron con palabras cariñosas, destacando sus virtudes de las cuales hemos hablado largamente en este artículo. Entre ellos el padre Miguel Ortega, muy amigo de la familia expresó se refirió a ella diciendo:
“Mujer noble, buena, recta, acogedora, fiel, humilde, con infinita capacidad de servir y escuchar”(17)

Hoy, cuando su hogar convertido en Casa Museo se abre cada día para recibir a quienes deseen conocerlo, encontramos en cada rincón la presencia de esta mujer. Su dormitorio conserva su vestuario, su rosario, sus tijeras de costura; el de sus hijos exhibe uno de los cientos de cuadernos a los que les hizo forros de género; un retrato suyo nos acompaña en la sala de estar; y su puesto marcado en la mesa del comedor nos recuerda que fue capaz de encantar incluso a la mismísima Reina Isabel II de Inglaterra. Pero quizás el recuerdo más importante no esté dentro de estas paredes, sino en el corazón de su familia y el de las miles de mujeres que salieron adelante gracias a ella y que pudieron dar una vida más digna a sus hijos gracias a la voluntad y la generosidad de doña Marujita.


Notas:
1. Archivo Histórico Casa Museo Eduardo Frei Montalva (AHCMEFM). Carpeta 375. Certificado de Nacimiento de María Ruiz-Tagle.
2. Fundación Mi Casa. Sitio web oficial [http://fundacionmicasa.cl/?page_id=11748]
3. Gazmuri, Cristián. Eduardo Frei Montalva y su época. Tomo I. Aguilar Chilena de Ediciones. Santiago de Chile, 2000. P 69.
4. Revista VEA, N° 1324 del 10 de septiembre de 1964. Detrás de la cortina de la Moneda chica. P 36-37.
5. Gazmuri, Cristián. Ibíd. P 141.
6. AHCMEFM. Carpeta 7. Carta de María Ruiz-Tagle a Eduardo Frei Montalva del 29 de enero de 1932.
7. AHCMEFM. Carpeta 9. Carta de María Ruiz-Tagle a Eduardo Frei Montalva del 4 de abril de 1935.
8. AHCMEFM. Carpeta 384. Entrevista a María Ruiz-Tagle.
9. AHCMEFM. Carpeta 384. Entrevista a María Ruiz-Tagle.
PA y AG eran parte del equipo de investigadores para el libro mencionado, JF es Jorge Frei y MR es María Ruiz-Tagle.
10. Entrevista a Eduardo Frei Montalva, realizada por Rodolfo Garcés en 1975. Disponible en la plataforma Youtube [https://www.youtube.com/watch?v=F28ZOH9XdqU].
11. Revista VEA. Ibíd.
12. AHCMEFM. Carpeta 375. Biografía de María Ruiz-Tagle.
13. Departamento de publicaciones de la Presidencia de la República. Sexto mensaje del Presidente de la República don Eduardo Frei Montalva al inaugurar el período de Sesiones Ordinarias del Congreso Nacional. Primera parte. 21 de mayo de 1970. P. 175.
14. Óp. cit. P. 175-178.
15. Policía de Investigaciones de Chile. Primeras Damas de Chile. Santiago, 2012. P. 123.
16. El Mercurio Online (Emol). Muere María Ruiz-Tagle, viuda de Eduardo Frei Montalva. Santiago, 10 de abril de 2001. [http://www.emol.com/noticias/todas/2001/04/10/51666/muere-maria-ruiz-tagle-viuda-de-eduardo-frei-montalva.html].
Emol. Despiden restos de María Ruiz-Tagle de Frei. Santiago, 11 de abril de 2001. [http://www.emol.com/noticias/nacional/2001/04/11/51845/despiden-restos-de-maria-ruiz-tagle-de-frei.html].
17. Óp. cit.

 

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